No solo de pan vive
El hombre…
Jesús de Nazaret.
La vida abundante es un don muy preciado, pero abundante de que, o sobre que siempre será una gran pregunta. Muchas veces los horizontes se cruzan, con la idea firme de levantar un nuevo saber, pero surge un problema grave que urge debatirlo, considerarlo, analizarlo y sobre todo solucionarlo es el asistencialismo. Se trabaja por la construcción de un nuevo ciudadano, pero se peca por ingenuo al no doblegar la ofensiva no radicalizar la lucha que parte de lo particular a lo general. Es posible que las metas se estén cumpliendo pero se necesita más contundencia en esa tarea empleada.
Las escuela de formación ideológicas son de suma importancia pero se necesita radicalizar a fondo y darle ese valor agregado esencial para fortalecer la ideología, la consciencia patria, la consciencia socio-histórica liberada, el humanismo y la educación renovadora deben levantar sus banderas de lucha, pero una lucha a muerte contra la dejadez, el individualismo, la avaricia y la corrupción. Se puede afirmar que el bombardeo psicológico desde los Bunkers mediáticos de la oligarquía están dirigidos mayormente a crear crisis en la civilización, en la consciencia colectiva y en la psiquis de un pueblo heroico que junto a las horas sus ideas.
Ayudar al pueblo es nuestro deber, no tan solo a que sobreviva de los retazos para que repare a medias su convivir diario, sino a que reflexione sobre el valor estratégico que el pueblo tiene en esta lucha por un nuevo futuro. Se debe sembrar una semilla fuerte en ellos que resista y eleve los valores fundamentales de nuestra nacionalidad. La educación comienza donde nace la nación, es la estructura fundamental, la piedra angular de este edificio revolucionario y esta signada para imponer nuestra voluntad de lucha, de libertad, de independencia y permanencia en el tiempo.
Allí nace el sentido de responsabilidad colectivo en crear condiciones para que todos y cada uno de nosotros se dedique a producir conocimiento y libertad en masa para saltar los escollos que sembraron en nuestro pueblo. La hora ha llegado como dijo Juan Liscano:
“Es preciso que el hombre nazca ahora
Que las razas, las clases, las tropas se hagan hombres
Y que Juan y que Adán del pueblo victorioso
Bauticen lo creado, y amansen, nombre a nombre,
¡Tanto furor, tanta violencia pura!”
martes, 10 de noviembre de 2009
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